Leer en el parqueadero del San Andresito

Quería escribir sobre literatura y el Pasaje de Vargas en Tunja. Pero, en mi irresponsabilidad con ofrecer la verdad al lector (si la mereciera), debo decir que ya no leo ni escribo en ese sitio. Los últimos años frecuento el parqueadero del San Andresito. Digo esto con el miedo de caer en el cliché de café, cigarrillo y libro . A dos cuadras de la Plaza de Bolívar, hay un centro comercial llamado San Andresito, con un amplio parqueadero donde hay un café de sillas de durísimo plástico, tambaleantes mesas metálicas, y donde por mil pesos te venden un tinto oscuro , de greca, como antaño, tinto que al primer sorbo sientes que te perfora el esófago . Y se puede fumar. Allí las tenderas aguantan mi silenciosa presencia durante dos o tres horas, con tres tintos y seis cigarrillos, según me atrape el libro que lleve. Entre algunas de mis recientes lecturas están El libro del desasosiego de Pessoa, Estrella Distante de Bolaño, La muerte feliz de Albert Camus, y novelas de autores boyace

Último round de los tunjanos vs Fúneme

 



Último round del alcalde vs los tunjanos

Empieza el ültimo round de los tunjanos contra el alcalde Füneme.

Él lleva la ventaja, durante dos años ha preparado la chequera a su favor. Adquirió en pandemia suficiente experiencia como youtubero e influencer de hostal, cuenta con un equipo de maquillistas y comunicadores enfermos por alcanzar likes, una amistad con publicistas y políticos del CD que lo mantienen atento a que participe en concursos nacionales e internacionales, como Duque en su momento más cínico como mandatario.


Antes de seguir, ofrezco una disculpa porque mi teclado no tilda las ües y las he tenido que reemplazar con diëresis, signo que junto con la u, curiosamente me invoca la palabra caudillo en alemán.[j1] 

Füneme quizá no es el alcalde de Tunja más polémico en la historia reciente (tuvimos a Flórez, Montejo, Cepeda [de milagro y terquedad ha resistido esta ciudad]); pero, de que está en la lista de los peores mandatarios de la capital boyacense, lo está (no cuando se paga [con dinero público] RCN, Caracol y Cifras y Conceptos, obvio).

Ojalá que con cada premio recibido por el Alcalde, los ciudadanos recibieran una rebaja al impuesto predial, o, qué tal si el premio fuera pavimentar una calle, pero no, estos premios son solo para hinchar el ego del mandatario.

La forma de gobernar de Füneme (metido en una burbuja de aplausos, faldas levantadas y pantallas con likes), no le han dejado ver ni escuchar a los ciudadanos, quienes le claman que no haga más, que se quede quieto, que se vaya, que cada papel que firma es un derechazo contra los tunjanos, quienes ya casi caemos tirados a la lona.

Y si caemos, nos levantamos, como buenos perdedores, porque los tunjanos pareciéramos que nunca damos lucha.

Pero, ¿cuánto más podremos soportar?

Ya preparan el nuevo ring para la nueva pelea entre alcalde y ciudadanía (que no fuera pelea si no fuera porque el réferi, el Concejo, se deja comprar).

Las próximas votaciones a la Alcaldía de Tunja son hasta ahora un destello que apenas permite distinguir algunos nombres para reemplazar a Füneme: John Carrero, Vicente Aníbal Ojeda y César López. Ninguna mujer, ningún nombre nuevo, todo igual, lo que augura otra temporada nefasta para la ciudad.

Tunja, vergüenza decembrina

Luego de horas esperando servicio público en el terminal, de horas evadiendo huecos en las carreteras, los turistas encontraron la Plaza de Bolívar cercada por vallas empapeladas con carteles de Coca Cola y la Nueva Licorera de Boyacá. Caminaron hasta toparse con un tumulto de personas que firmaban peticiones para un cabildo abierto contra el alcalde Füneme. Una horda de carteristas aprovechaba las arengas de los voceros. Al ingresar al Pasaje de Vargas, se horrorizaron con el precio del café y la cerveza, tan elevado, que no tuvieron otra opción más que la saliva caliente de sus cogotes para tragar la angustia de estar en el Gallinero de Bolívar. Quienes corrieron hacia el Camol, se estrellaron contra una inmensa lona verde, resbalaron en el lodo y finalmente cayeron noqueados por el olor a gas. Los que optaron por visitar el Bosque de la República, se fueron perdiendo entre escombros, mierda y papeletas de bazuco. Se salvaron los turistas que se quedaron en los centros comerciales del norte.

Las recientes estadísticas del DANE y un informe realizado por la Cámara de Comercio enfocado en medir el impacto comercial del Aguinaldo Boyacense 2022, dejan a Tunja como una de las ciudades capitales más costosas de Colombia (es que ni siquiera para compararla con Bogotá). Qué pena con los vecinos que nos visitaron.

Para el segundo día del Aguinaldo, tan insensato como todo en su gobierno, Füneme lanzó acusaciones (sin fundamento o justificación alguna) de vandalismo contra el patrimonio cultural, citó autoridades militares con el fin de resguardar el casco histórico. Tuvo que hacer una acusación tan bárbara, para cubrir los daños realizados por sus socios al instalar las vallas y baños en el Gallinero de Bolívar. Y eso lo señaló la ciudadanía en redes sociales, cuando los encargados terminaron de levantar el último tornillo de las costosísimas losas. Menos del diez por ciento de los tunjanos (teniendo en la cuenta los turistas), asistieron a los conciertos, de ese porcentaje al menos la mitad se quejó del sonido (la otra mitad estaba ebria). Pero Füneme, ebrio en la tarima, balbuceó a través del micrófono, que todo estuvo de maravilla en los Aguinaldos.

Las reparaciones de la carrera décima desde el Camol hasta Mr. King, en sus mal ejecutados proyectos (con al menos cuatro rupturas de gas, días y noches sin trabajadores a la vista, malos olores, carteristas escondidos tras inmensas lonas verdes), dejó salir a una plaga de ratas (con puñal y/o contrato en mano) que invadieron todos los negocios y viviendas; el cierre de la vía durante tanto tiempo no permitió que los comerciantes vieran un centavo de alivio; el colapso del transporte público que debía pasar por el centro de la ciudad.

La incompetencia del Consorcio SAGA, la falta de cojones del Concejo y la sagacidad de Füneme, dieron todo de sí para no finalizar las obras de la Plazoleta San Francisco el año 2022, proyecto que viene con el Plan Bicentenario desde el 2016 con un costo cercano a los seis mil millones de pesos.

El periódico El Tunjano informó que, durante los Aguinaldos, “En promedio, los empresarios que manifestaron una disminución en sus ventas, indicaron que fue del 41,28 %”.

A esto se le suma que las cifras del DANE dejaron a Tunja como la segunda ciudad más costosa debido al incremento de precios de alimentos y bebidas alcohólicas. Abro un paréntesis para dejar la pregunta, ¿el alcohol vendido en el Gallinero de Bolívar, era exclusivo de la Nueva Licorera de Boyacá?

Pero a Füneme no le importó el clamor y desespero de la ciudadanía, y, con todo el cinismo que caracteriza al histérico, así festejó.


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