De Rusia con amor: Los incendiarios

  Un ruso conquistó el corazón de los tunjanos y, no hay lugar adónde escapar. Su nombre es Mijaíl, pero no Bulgákov, sino uno con apellido más huraño, como de malo de película del Agente 007: Krasnov, Mikhail Krasnov. Trajo banderas nuevas con lemas de siempre: democracia, anticorrupción, transparencia, incluso prometió deshacerse de las políticas tradicionales que tanto daño han hecho a la capital boyacense. Como alcalde, el ruso ha exprimido hasta lo ridículo las redes sociales para tratar de mantener la aceptación de todos los ciudadanos y, sobre todo, ganar la confianza de quienes no votaron por él; y, hay cierta desesperación en ello, pues sabe que es manejado al antojo de un par de incendiarios rojos y algunos exiliados verdes, y sabe, que lo sabemos. Por eso, este capítulo de Café del Pasaje, es un camino bifurcado: ‘De Rusia con amor’, y, ‘Los incendiarios’. Capítulo uno, De Rusia con amor. Durante la última década he querido convencerme de que Tunja ya no es una ancia

Musa


Imagen de Misery, 1990

»Esteban apaga el televisor. Las noticias horrorizan. Va a la cocina y llama a Kono para comer. Sirve atún en el platillo que tiene forma de la cara de Félix el gato, el único gato, te hará reír. Te hará gozar. Nuestro escritor se asoma al alféizar de la ventana de la cocina para ver cómo la niebla se disipa con parsimonia. ¿Parsimonia? No sé, esa palabra suena horrible. ¿Nuestro? ¿De quién más soy? ¿A quién debo agradar? Me gusta narrarme en tercera persona cuando paseo desnudo dispuesto al amor o a la escritura, o ambas como una verdad conjunta. Le hablo a Kono. Hola Kono, debes tener hambre. La niña se llama Clara. Clara Estupiñán debería estar en mi sala y limpiar la biblioteca. ¿Y el niño? Se llama Luis, no se olvide señor Sánchez. Félix el gato / el único, único gato / te hará reír / te hará sentir / que a su casa debieras venir. Kono ronronea, le gusta que le cante, me gusta que se frote en mi pie: el gato se frota en el tobillo de nuestro escritor mientras él le canta la única canción de mininos que sabe. Viendo a Félix, el único gato.

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Este es un fragmento de Musa, 
cuento que hace parte del libro Arena caliente,
 ganador del Premio CEAB cuentos, 2019.

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