De Rusia con amor: Los incendiarios

  Un ruso conquistó el corazón de los tunjanos y, no hay lugar adónde escapar. Su nombre es Mijaíl, pero no Bulgákov, sino uno con apellido más huraño, como de malo de película del Agente 007: Krasnov, Mikhail Krasnov. Trajo banderas nuevas con lemas de siempre: democracia, anticorrupción, transparencia, incluso prometió deshacerse de las políticas tradicionales que tanto daño han hecho a la capital boyacense. Como alcalde, el ruso ha exprimido hasta lo ridículo las redes sociales para tratar de mantener la aceptación de todos los ciudadanos y, sobre todo, ganar la confianza de quienes no votaron por él; y, hay cierta desesperación en ello, pues sabe que es manejado al antojo de un par de incendiarios rojos y algunos exiliados verdes, y sabe, que lo sabemos. Por eso, este capítulo de Café del Pasaje, es un camino bifurcado: ‘De Rusia con amor’, y, ‘Los incendiarios’. Capítulo uno, De Rusia con amor. Durante la última década he querido convencerme de que Tunja ya no es una ancia

Señor Arrázola, no es persecución es ataque frontal



Screenshot Youtube

No se intimide Pastor (sí con mayúscula para que le den ganas de leer), ataque frontal no es una posición sexual, es más bien una estrategia militar en contra de su pueril palabra.
Mientras evitamos coscorrones vargasllerasnos y ‘elefantes’ a medio cobijar como el de la Terminal de Transportes de Tunja, llega la insípida carta escrita por unos ciegos <<líderes>> de la Iglesia Cristiana Evangélica de Colombia (llamarse líder a punta de babazas ya es de entrada un despropósito), rechazando los “atropellos” contra el fraude pastoral llamado Miguel Arrázola.
“Desmedida y descontextualizada persecución”, escriben estos hijos de la mala reputación latinoamericana que aún cree en embrujos chamaniacos y ‘venidas’ del papa:
No, no es desmedida, desmedido es el bolsillo y el gaznate de estos autoproclamados señores de la fe de Jesús.
No, no es descontextualizada, descontextualizado es su argumento de que la prosperidad del espíritu radica en el porcentaje del diezmo. Porque la gente aplaude y aúlla por nuevas religiones con el mismo contexto psicópata moralista de la religión católica, mientras afuera de las grandes bodegas de la fe, el vulgo dice: “Pobrecitos pobres, seguirán siendo pobres en su podredumbre dando lo único que tienen al Pastor”. Pues no señores, no son solo los estratos bajos los que afluyen a escuchar estas arengas evangelistas, también los hay de estratosferas del millón de pesos mensual para arriba, gobernadores, alcaldes, concejales y demás títeres que no solo dejan un diezmo de 20 pesos oro, eso que quede claro. El billete mueve montañas y la fe mueve el billete de cualquiera.
No, no es persecución, persecución es la que utilizan estas religiones de bodega (no digo de garaje porque ahí no cabe tanto cordero) contra todo lo que les incomoda: otras creencias espirituales, otros gustos sexuales, otros políticos que no sean los de derecha, abortos, menstruación, el amor por Whitman y Camus, la adopción de un Baudelaire a manos de Rimbaud y Verlaine.
No, no es persecución, señores del buen vestir y lengua de puñal, esto es un ataque frontal al que ya más colombianos y latinoamericanos se unen para que dejen la maricada (bendita inmaculada Lozano) de robar y estafar con la fe de todos en nombre de la Biblia, libro del cual solo rescato las ricas fantasías de Juan el evangelista y las noches famélicas de Salomón.
El fraude llamado Miguel Arrázola se intimida con tan poco, con tan poquito, que apenas le pellizcaron los huevos bancarios, lanzó esputos a diestra y siniestra y trajo a su bandada narco cafetal de la cruz y la Biblia para azuzar a sus feligreses en contra de los medios de comunicación.
Que paguen impuestos la Iglesia Cristiana y la Iglesia Católica, vividores acomodados en el sudor del trabajador honrado. Y a rezar vulgo pecador, que las casitas gratis ya no serán tan gratis y el lobo anarco de Hobbes ya en el río del olvidó quedará.
 Publicación original para EL DIARIO
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