Leer en el parqueadero del San Andresito

Quería escribir sobre literatura y el Pasaje de Vargas en Tunja. Pero, en mi irresponsabilidad con ofrecer la verdad al lector (si la mereciera), debo decir que ya no leo ni escribo en ese sitio. Los últimos años frecuento el parqueadero del San Andresito. Digo esto con el miedo de caer en el cliché de café, cigarrillo y libro . A dos cuadras de la Plaza de Bolívar, hay un centro comercial llamado San Andresito, con un amplio parqueadero donde hay un café de sillas de durísimo plástico, tambaleantes mesas metálicas, y donde por mil pesos te venden un tinto oscuro , de greca, como antaño, tinto que al primer sorbo sientes que te perfora el esófago . Y se puede fumar. Allí las tenderas aguantan mi silenciosa presencia durante dos o tres horas, con tres tintos y seis cigarrillos, según me atrape el libro que lleve. Entre algunas de mis recientes lecturas están El libro del desasosiego de Pessoa, Estrella Distante de Bolaño, La muerte feliz de Albert Camus, y novelas de autores boyace

Señor Arrázola, no es persecución es ataque frontal



Screenshot Youtube

No se intimide Pastor (sí con mayúscula para que le den ganas de leer), ataque frontal no es una posición sexual, es más bien una estrategia militar en contra de su pueril palabra.
Mientras evitamos coscorrones vargasllerasnos y ‘elefantes’ a medio cobijar como el de la Terminal de Transportes de Tunja, llega la insípida carta escrita por unos ciegos <<líderes>> de la Iglesia Cristiana Evangélica de Colombia (llamarse líder a punta de babazas ya es de entrada un despropósito), rechazando los “atropellos” contra el fraude pastoral llamado Miguel Arrázola.
“Desmedida y descontextualizada persecución”, escriben estos hijos de la mala reputación latinoamericana que aún cree en embrujos chamaniacos y ‘venidas’ del papa:
No, no es desmedida, desmedido es el bolsillo y el gaznate de estos autoproclamados señores de la fe de Jesús.
No, no es descontextualizada, descontextualizado es su argumento de que la prosperidad del espíritu radica en el porcentaje del diezmo. Porque la gente aplaude y aúlla por nuevas religiones con el mismo contexto psicópata moralista de la religión católica, mientras afuera de las grandes bodegas de la fe, el vulgo dice: “Pobrecitos pobres, seguirán siendo pobres en su podredumbre dando lo único que tienen al Pastor”. Pues no señores, no son solo los estratos bajos los que afluyen a escuchar estas arengas evangelistas, también los hay de estratosferas del millón de pesos mensual para arriba, gobernadores, alcaldes, concejales y demás títeres que no solo dejan un diezmo de 20 pesos oro, eso que quede claro. El billete mueve montañas y la fe mueve el billete de cualquiera.
No, no es persecución, persecución es la que utilizan estas religiones de bodega (no digo de garaje porque ahí no cabe tanto cordero) contra todo lo que les incomoda: otras creencias espirituales, otros gustos sexuales, otros políticos que no sean los de derecha, abortos, menstruación, el amor por Whitman y Camus, la adopción de un Baudelaire a manos de Rimbaud y Verlaine.
No, no es persecución, señores del buen vestir y lengua de puñal, esto es un ataque frontal al que ya más colombianos y latinoamericanos se unen para que dejen la maricada (bendita inmaculada Lozano) de robar y estafar con la fe de todos en nombre de la Biblia, libro del cual solo rescato las ricas fantasías de Juan el evangelista y las noches famélicas de Salomón.
El fraude llamado Miguel Arrázola se intimida con tan poco, con tan poquito, que apenas le pellizcaron los huevos bancarios, lanzó esputos a diestra y siniestra y trajo a su bandada narco cafetal de la cruz y la Biblia para azuzar a sus feligreses en contra de los medios de comunicación.
Que paguen impuestos la Iglesia Cristiana y la Iglesia Católica, vividores acomodados en el sudor del trabajador honrado. Y a rezar vulgo pecador, que las casitas gratis ya no serán tan gratis y el lobo anarco de Hobbes ya en el río del olvidó quedará.
 Publicación original para EL DIARIO
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