De Rusia con amor: Los incendiarios

  Un ruso conquistó el corazón de los tunjanos y, no hay lugar adónde escapar. Su nombre es Mijaíl, pero no Bulgákov, sino uno con apellido más huraño, como de malo de película del Agente 007: Krasnov, Mikhail Krasnov. Trajo banderas nuevas con lemas de siempre: democracia, anticorrupción, transparencia, incluso prometió deshacerse de las políticas tradicionales que tanto daño han hecho a la capital boyacense. Como alcalde, el ruso ha exprimido hasta lo ridículo las redes sociales para tratar de mantener la aceptación de todos los ciudadanos y, sobre todo, ganar la confianza de quienes no votaron por él; y, hay cierta desesperación en ello, pues sabe que es manejado al antojo de un par de incendiarios rojos y algunos exiliados verdes, y sabe, que lo sabemos. Por eso, este capítulo de Café del Pasaje, es un camino bifurcado: ‘De Rusia con amor’, y, ‘Los incendiarios’. Capítulo uno, De Rusia con amor. Durante la última década he querido convencerme de que Tunja ya no es una ancia

Tunja, ciudad de tesoros escondidos

Foto | Archivo personal

Los tunjanos queremos que la capital de Boyacá resalte por bella y cultural, pero no se puede tolerar que sus entrañas estén hechas un muladar.
Me gustan los murales intervenidos con graffitis que planteen diseño y concepto (no los de hinchadas de fútbol o los de yo amo a Paquita la del gallo), los stencil, la pintura mural, y cualquier otra técnica usada para realizar lo que los entendidos llaman arte urbano, con tal de que lo expuesto sea concebido como diálogo entre el habitante y la ciudad; pero, más allá de poseer un discurso, una técnica, un formato que engalane la arquitectura, no deja de quedar una sensación de que se convierten en elementos plenamente decorativos cuando el artista se hace partícipe de las canalladas que quiere esconder la administración municipal.
El endeudamiento que nos dejaron desde administraciones pasadas, llega a casi 90 mil millones de pesos, y han sido por mera negligencia, mediocridad y corrupción de unos cuantos leguleyos que se creen avispados.

Solo con hacer un zoom in devela lo que se esconde tras la fachada

Los puentes destrozados pero pintados de rojo y azul (¿no les suena a Cambio Radical?); la superhipermega obra del Parque Biblioteca; el Terminal de buses que no terminan desde hace tres años con la excusa de que “en Tunja llueve”; las aberrantes construcciones de vivienda social del también aberrante señor Iáder Barrios (y el bufón exige indemnización de la ciudad) con la complicidad de al menos dos alcaldías; la destrucción y reconstrucción de la Plaza de Bolívar, los baños que más allá de que si sirven o no para generar turismo, han mostrado que los intereses para los administradores no son invertir en escuelas o vías alternas, ni salud o generación de empleo, lo que importa es que hayan cagaderos bien ubicados para el turista. Acá prefirieron asfaltar el Bosque de la República y poner unos aros y unas mallas, en vez de convertirlo en un sitio cultural de paseo abierto como el parque Los Poetas o el Paseo Bolívar en Cali; prefirieron echar lija a las puertas de la Catedral en lugar de llamar expertos restauradores. Un panel de errores realizados por mera popularidad y egocentrismo de estos alcaldes que tienen alma y carácter de divas.

Esta es la ciudad que no nos muestran las redes sociales y el periódico ese de la Alcaldía

Y puede decir: Qué quejadera la de este señor. Pero solo es que, usted lector, salga a caminar un domingo por las calles de Tunja, vea la soledad de las calles, los almacenes del centro cerrados, los delincuentes abatidos porque no hay transeúnte a quién peguntar la hora; entre al Pasaje Vargas, pida un café con alma, cavile en el porqué de su recibo predial tan costoso, el porqué del atraco de pagar 1.600 pesos por el transporte de bus (que más allá del altísimo costo de la gasolina va con los amarres de voticos para la alcaldía), y así.
O la ciudadanía despierta, o se queda admirando murales y no es capaz de correr las capas de pintura que ocultan la suciedad y la desidia.
¿Qué secretos nos ocultas? Ciudad niebla.

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