De Rusia con amor: Los incendiarios

  Un ruso conquistó el corazón de los tunjanos y, no hay lugar adónde escapar. Su nombre es Mijaíl, pero no Bulgákov, sino uno con apellido más huraño, como de malo de película del Agente 007: Krasnov, Mikhail Krasnov. Trajo banderas nuevas con lemas de siempre: democracia, anticorrupción, transparencia, incluso prometió deshacerse de las políticas tradicionales que tanto daño han hecho a la capital boyacense. Como alcalde, el ruso ha exprimido hasta lo ridículo las redes sociales para tratar de mantener la aceptación de todos los ciudadanos y, sobre todo, ganar la confianza de quienes no votaron por él; y, hay cierta desesperación en ello, pues sabe que es manejado al antojo de un par de incendiarios rojos y algunos exiliados verdes, y sabe, que lo sabemos. Por eso, este capítulo de Café del Pasaje, es un camino bifurcado: ‘De Rusia con amor’, y, ‘Los incendiarios’. Capítulo uno, De Rusia con amor. Durante la última década he querido convencerme de que Tunja ya no es una ancia

Fragmento de las Buganvillas del cadáver


"Llega el nuevo sol sobre la ciudad de Tunja. Sin embargo, llueve. Y la lluvia les recuerda a todos que viven en una ciudad fría, con el helado cielo ajustado a la tierra como dos gigantes que se abrazan en un amor diáfano, como dos titanes que entrelazan sus piernas bajo una sábana de niebla, enfermos del virus del hombre que a todo quiere amar o corromper".


Las buganvillas del cadáver.


Foto | Gabriela Camargo Beltrán 




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